人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人人��ࡱ�>�� }����z{|��������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� ���abjbj���� -�����Z��������l����  (U(U(U8`UL�U, ����V�V�V�V�V��� � � � � � � �$*� J�z/� �����/������V�V5D���������|�V �V ���� ������!�n8�mN� ���V�V �$Qڋ~� K(U�p�� ��$Z�0���� ����������  ����� UNIVERSIDAD DE CHILE INSTITUTO DE CIENCIA POLITICA  �ANALISIS DE INFORMACI�N:� -CARACTERISTICAS - METODOLOGIAS - - PROYECCIONES - PUBLICACI�N N� 75- JULIO DE 2000 Prof. Ulises A. Fa�ndez Acad�mico Instituto de Ciencia Pol�tica Universidad de Chile REFERENCIA. www.www.tumejico.com/irp/world/chile/faundez.html ________________________________________________________________ El Prof. U. Fa�ndez es Ge�grafo y Magister en Estudios Internacionales por la Universidad de Chile. Diplomado en Tecnolog�a Espacial y Defensa(GDTA-CNES) Francia, en Estrategia Tecnol�gica (F.H.K.) y An�lisis de Informaci�n Tecnol�gica (NSB), Rep�blica de China y en Planificaci�n Estrat�gica (ONU-University). I N D I C E P�g. Marco Te�rico General���������������������.............. 4 Caracter�sticas del Proceso����������������.��............... 5 Perspecitva Psicol�gica����������������� �.��............ 8 El Problema Anal�tico��������������������.�............. 12 An�lisis y Producci�n���������������������.............. 19 Categorizaci�n de Procedimientos Anal�ticos����������............. 26 An�lisis del proceso de interlocuci�n.......������������........... 29 Definici�n de Unidades de An�lisis���������������........... 33 Operatoria Espec�fica del An�lisis de Contenidos y Mensajes��............ 34 Deficiencias y Fallas en el Proceso de An�lisis���������............. 36 Conclusiones Espec�ficas y CONCLUSION GENERICA....���.............. 39 Bibliograf�a��������������������������................. 41 �Hacer muchos estudios y bien hechos conduce a la victoria; prestando especial�sima atenci�n a este punto, yo puedo predecir igualmente la victoria o el fracaso�. Frases finales del Cap. I de �EL ARTE DE LA GUERRA�. de SUN TZU. China. Reino de WU. A�o 500 A.C. �Un hombre no debe afligirse de que los otros hombres no conozcan sus caulidades; debe afligirse por no conocer las de los dem�s�. Cap. I. Inciso 16. �LUN-YU�. Khung-Tzy. A�o 520 A.C. (Confucio). ��C�mo es posible que haya hombres que obren a la ligera, sin comprender la raz�n de las cosas�. Cap. VII. Inciso 27. �LUN-YU�. Khung-Tzy. A�o 520 A.C. (Confucio). �Las cosas del Universo, pasan como la corriente de un r�o que no cesa de correr ni de d�a ni de noche, por eso el cielo ha hecho nacer en m� la virtud�. Cap. X. Inciso 16. LUN-YU. Khung-Tzy. A�o 520 A.C.(Confucio). I. MARCO TEORICO GENERAL. El inicio del Siglo XXI est� definido por la creciente circulaci�n de flujos de datos e informaciones, cuya cuant�a suele escapar a la capacidad de aprehensi�n normal de las personas, mas a�n cuando se trata de �reas o especialidades del conocimiento que requieren de decisiones sensibles y directas. Por tanto, los procesos de gesti�n y resoluci�n se ven atiborrados e influ�dos por dicha circunstancia, surgiendo en consecuencia, la necesidad de discriminar con certeza dentro de grandes vol�menes, con el prop�sito de extraer, mediante adecuados procesamientos, aquella informaci�n principal, atinente y �til que permitan mejor resolver dentro de los procesos de toma de decisiones. Dicha realidad genera dos situaciones espec�ficas; por una parte, el creciente posicionamiento de la Profesi�n de Analista, -(consolidada y potenciada por sistemas inform�ticos), y, por otra, el perfeccionamiento de sus metodolog�as de Trabajo Anal�tico que le ayuden a alcanzar mayores niveles de eficiencia, con m�nima inversi�n de tiempo y recursos, para el mejor aprovechamiento de datos e informaciones disponibles. Lo expuesto, junto a la experiencia mundial en este �mbito, lleva a pensar que en los actuales asuntos de Informaci�n, no hay fase que sea m�s importante que aquella que estudia la relaci�n entre los productores y los consumidores de informaci�n procesada. Esa relaci�n no se establece de manera autom�tica, sino que es el resultado de un esfuerzo consciente de vinculaci�n positiva y sin�rgica entre las partes mencionadas.(VER FIG. 1):  II. CARACTERISTICAS DEL PROCESO. Frente a la necesidad ineludible de DECIDIR, es posible identificar 4 asuntos claves para definir lo que toda decisi�n pol�tica o estrat�gica requiere para alcanzar sus objetivos: 1) Los Analistas proporcionan el 90% del soporte de la informaci�n procesada para las decisiones. 2) El Inter�s de un pa�s o el Inter�s Empresarial, en todas partes, requiere acercamiento y realimentaci�n entre analistas y decisores, para el dise�o de procesos particulares de toma de decisiones. Los Funcionarios que tienen responsabilidades de Estado o de conducci�n empresarial, deben estar lo mejor informados que sea posible, pues de ello depende el �xito de su trabajo. 4) Los Profesionales del procesamiento de informaciones tienen el deber de explicar a cada nueva autoridad, acerca de la necesidad y utilidad que significa disponer de informaci�n procesada de buena calidad, oportuna y f�cil de utilizar para el mejor ejercicio de sus funciones. Por consecuencia, los analistas no deben laborar solos, sino organizados y agrupados en equipos de trabajo, al amparo de una Agencia o Empresa (sea p�blica o privada); ello se debe a varias razones, entre las que destacan: la especializaci�n por �reas y temas, la disponibilidad de archivos y bibliotecas, junto a la continuidad en el tiempo de un tipo de actividad que se caracteriza por el estudio sistem�tico, permanente y pormenorizado de un �rea tem�tica. La din�mica del trabajo indica que las informaciones se re�nen y canalizan hacia jefaturas y coordinaciones de nivel superior, lo que permite una visi�n mas completa, de conjunto, simult�nea, actualizable y almacenable en archivos interactivos. La experiencia internacional, indica adem�s, que el an�lisis ha evolucionado desde la simple recopilaci�n y lectura de textos hasta la actual interpretaci�n proyectiva(o prospectiva); ello significa que el an�lisis ha logrado ser reconocido como una actividad intelectual que se equilibra entre una base acad�mica, junto al cultivo de la virtud y el arte de perfeccionar capacidades profesionales, por parte del analista, gracias al empleo de m�todos y procedimientos que le permiten separar lo principal de lo accesorio y lo trascendental de lo pasajero o superfluo. Es esta condici�n de experiencia profesional, junto a la habilidad inductiva-deductiva, lo que le otorga a veces un car�cter �misterioso� y, ya que tradicionalmente el trabajo se realiza bajo condiciones de reserva o confidencialidad, muchos decisores suelen desconfiar de sus apreciaciones y previsiones que, en esencia, s�lo buscan orientar y alertar frente a posibles riesgos. Como las autoridades muchas veces tienen asesores directos que tambi�n les informan, suelen producirse diferencias entre sus opiniones y el contenido de los reportes de informaci�n procesada, lo que agrega un factor adicional de pugna e incertidumbre en el decisor. Por todo lo dicho, el producto del an�lisis debe ser transmitido en un lenguaje sencillo, directo, sin ambig�edades y con un orden l�gico que resista cualquier cr�tica o duda, especificando claramente lo que se sabe, lo que no se sabe y las opciones respecto de lo que podr�a suceder a futuro, si no surgen variables independientes externas que cambien el escenario. Existen muchos tipos de an�lisis, tales como: el an�lisis de oportunidad, que busca establecer el mejor momento para una decisi�n, el an�lisis de valor agregado, que busca potenciar el valor del significado de informaciones aparentemente inconexas o, en el campo de defensa, el an�lisis de objetivos, que permite no s�lo identificar un blanco, sino, adem�s, el mejor modo de abatirlo al menor costo posible. A este respecto, las tecnolog�as de vanguardia est�n colaborando con datos valiosos por su precisi�n, que sirven de materia prima para el analista, obtenidos por instrumentos cada vez mas sofisticados. En consecuencia, en palabras del antig�o estratega chino TSE MA: �no se puede decir que la verdad cambia como la direcci�n del viento; lo importante es saber la magnitud del viento y sus posibilidades de volver a cambiar de direcci�n�. Entonces, un analista puede ser escuchado o no, pero si su trabajo genera un producto de buena calidad, el tiempo se encargar� de darle la raz�n. Al laborar, el analista utiliza todas las informaciones y datos que �l y otros han reunido y aplica sobre ello su capacidad profesional para organizar lo disponible, sintetizar la esencia de los contenidos y elaborar informes destinados a satisfacer las necesidades de saber del usuario. Posteriormente, otras personas realizar�n la difusi�n del producto terminado. Sin embargo, a pesar del incremento de apoyos tecnol�gicos y la especializaci�n de los organismos de b�squeda, los analistas contin�an jugando un rol cr�tico porque son quienes crean Inteligencia, un producto terminado para el apoyo directo a la toma de decisiones y gesti�n de las mismas. No obstante, el paso del tiempo tambi�n est� planteando nuevos desaf�os para los analistas, en la medida que la sofisticaci�n de los sistemas les obligan a perfeccionar y multiplicar los procedimientos de su tarea. Es el caso de la evaluaci�n del significado de eventos y elementos intangibles, tales como la moral y la perspectiva sicol�gica de un grupo humano bajo estudio. Una tarea fundamental, como ya se dijo, es determinar, �qu� se sabe y qu� no se sabe efectivamente� sobre algo o alguien y en base a ello, establecer las posibilidades de maniobra de un sujeto-grupo, o aparece en algunas ocasiones, como un proceso ambiguo, porque son demasiadas y diversas las variables que deben ser consideradas para la organizaci�n del conocimiento disponible, as� como las herramientas metodol�gicas a utilizar en su proceso. La vor�gine del tiempo es entonces el principal adversario del trabajo anal�tico, pu�s los decisores requieren respuestas prontas, ya que el factor incertidumbre es percibido como una amenaza y una vulnerabilidad. De all� que la capacidad creativa del analista para procesar con rapidez, sin perder el hilo conductor de una situaci�n, -en el menor tiempo posible-, es un logro deseable, pero que requiere experiencia profesional, conocimiento metodol�gico y vocaci�n personal para permitir que el proceso no se desv�e del objetivo original, que no es otra cosa que la indicaci�n del Jefe directo o la petici�n expl�cita del decisor pol�tico o usuario del producto final. (VER FIG. 2):   III. PERSPECTIVA PSICOLOGICA. El hombre parece ser el �nico animal que �entiende que sabe� y, en consecuencia, el proceso de an�lisis es un tipo de trabajo profesional �sui generis�, especial, donde un proceso mental, llevado al m�ximo de las capacidades humanas, demuestra las fronteras del altruismo, la devoci�n por la b�squeda de la verdad, capacidad de s�ntesis y una comprensi�n del entorno cultural, como en ninguna otra profesi�n. Los secretos de su cultivo residen en la perseverancia serena, la b�squeda entre la diversidad y el seguimiento sistem�tico del funcionamiento de diversos procesos cognitivos. La profesi�n de analista emerge entonces con especial �nfasis en un tiempo cuyo signo es la abundancia de datos e informaciones que complican los procesos decisionales y donde los esc�pticos no se atreven a entender la esencia de su car�cter; esa funci�n natural del cerebro humano, capaz de generar modelos creativos, establecer las expectativas de la relaci�n causa-efecto y la identificaci�n de procesos para jerarquizar premisas. Cada vez es mas frecuente preguntarse por la localizaci�n del error, por las fallas en la modelizaci�n de lo substancial, por la validez de la experiencia y la cambiante faz de lo que se espera de esta profesi�n, con sus significantes culturales y la b�squeda de un equilibrio �ptimo entre raciocinio y proceso adaptativo, porque �cada caso, es un caso�. Una importante corriente de reflexi�n psicol�gica trabaja bajo la idea que los paradigmas cognitivos son un adecuado marco conceptual bajo cuyo desarrollo se entiende la convergencia del pensamiento, el lenguaje, la comprensi�n y las categor�as que explican la configuraci�n de un complejo proceso mental. Sin embargo, se evidencia que existen estructuras profundas e inobservables que son de dif�cil entendimiento, en especial cuando se trata de sistemas de comunicaci�n, signos comunicacionales y analog�as con procesos humanos superiores, como pretende la inteligencia artificial. El discurrir de la mente humana se acepta entonces como un sistema, que DEBE procesar informaci�n para permitir la ocurrencia de los dem�s procesos mentales, en particular los vinculados con la elaboraci�n de representaciones, que llevan en s�, c�digos y s�mbolos que buscan asimilarse a la imagen de sujetos activos y que no se limitan a responder pasivamente a est�mulos del MEDIO. El individuo as� �capacitado� por su mente, debe ser considerado como un ente activo, dotado de capacidades para identificar ideas, establecer metas, evaluar decisiones, planificar estrategias, interactuar y, en suma, asociar factores abstractos y emp�ricos, de modo que en su discurrir se genere una suerte de coherencia interna, capaz de resolver situaciones consideradas problem�ticas o de soluci�n variable. Dicha proyecci�n aparece, empero, parcialmente restringida por la naturaleza del sistema de ideas, la calidad de los datos disponibles, los recursos mentales de procesamiento y la capacidad de memoria, todo ello sucediendo de modo SERIAL en vez de PARALELO, para permitir la resoluci�n de situaciones consideradas problem�ticas, en base a: EVALUACION, PRODUCCION y JUICIO. En cada una de las m�ltiples perspectivas resultantes, la descripci�n de hechos observables hace preguntarse al analista: �es aquello lo que realmente sucede?. Tal vez hay informaci�n de superficie disponible respecto de fen�menos de naturaleza interdependiente pero, no es menos cierto que la informaci�n que se obtiene en relaci�n con la dependencia causal de hechos observables siempre ser� incompleta, porque el esquema de comparaciones entre modelos y hechos concretos no siempre demuestra correspondencia. Se evidencia una ambig�edad l�gica y tambi�n una perspectiva de realidad formadas por infinitas componentes, algunos manifiestas y otras s�lo como fen�menos intu�bles. Por consecuencia, no es f�cil decir �donde est� el eje si no se evidencia la periferia� y ello se debe a que, entre el pensar y el observar hay distancias reales y distancias conceptuales, como expresiones variadas de la intuici�n mental, a lo que se agrega la natural imposibilidad humana de acceder al fondo absoluto de la esencia de las cosas. Por lo tanto, no es posible obtener conocimiento �til a partir de un hecho aislado si se desea entender el todo, (la inferencia suele ser riesgosa). Es preciso entonces formar en la mente un modelo completo para acercarse al conocimiento y desde all� intentar se precise con certeza, una forma creativa de relaci�n entre SUJETO, OBJETO, ENTORNO y ANALISTA, para lograr un alcance efectivo del estudio de la realidad. S�lo desde all� ser� posible responder por la eterna duda del SER y el TRASCENDER, su medio, sus problemas y sus posibilidades de soluci�n. Lo antes descrito, implica que el analista de este tiempo debe ser un profesional autoconsciente de sus mejores capacidades para desarollar el proceso de razonamiento y, a la vez, debe accionar principalmente en el empleo del COMO para simplificar lo complejo haciendo claridad donde otros se debaten en la incertidumbre. Sus armas metodol�gicas deben ser guiadas por la revisi�n cr�tica de los fen�menos bajo estudio, por la estrictez en el empleo del m�todo cient�fico y por la calidad de las m�ltiples vertientes cognitivas que permiten revalorizar el producto de diversas interconexiones de resultado de informaci�n, determinando ejes de an�lisis y modelos de an�lisis. Entonces, lo anterior obliga a aceptar que existen tres desaf�os cognitivos que todo analista debe enfrentar y vencer: - la mente, que est� pobremente equipada para tratar con eficacia tanta incertidumbre. - los prejuicios involuntarios, que dentro de lo cognitivo, generan distorsiones. - las metodolog�as anal�ticas, que siempre deben luchar con informaci�n incompleta, ambigua y a veces deformada. En cuanto a los ejes de an�lisis, �stos se definen como cadenas de inferencia y procedimientos, capaces de generar alternativas frente a procesos complejos, s�lo diluscidables a trav�s de esquemas mentales, capaces de interpretar la realidad y apoyar esquemas conceptuales. No siempre la abundancia de informaci�n potencia la validez de un an�lisis y las trampas cognitivas se expanden en la medida que la interrelaci�n informativa crece, potenciada por la revoluci�n inform�tica. Esto ha obligado a investigar con mayor fineza,tanto los procesos mentales y sus l�mites biol�gicos, como la creciente tensi�n a que son sometidos los analistas. Pero este profesional no siempre �sabe lo que sabe� y a veces se resiste a aceptar �que no sabe�; de all� la necesidad de priorizar el empleo de t�cnicas anal�ticas precautorias, capaces de suplir m�ltiples carencias, debilidades y prejuicios que atentan contra la fiabilidad del producto de informaci�n procesada. Los analistas deben asumir que tienen que entender el discurrir mental de personas disc�miles, imbuy�ndose en determinadas situaciones, desde la perspectiva �del otro�, donde el entrenamiento profesional no basta y s�lo una mente abierta y flexible es capaz de ponderar, sopesar y rectificar de modo oportuno. El analista debe ser capaz de valorizar el impacto que produce toda nueva informaci�n, como parte de un proceso que busca determinar lo desconocido, ponderando las cadenas de inferencia, los puntos de vista y los riesgos del juicio, para evitar un �escalamiento hostil� que se proyecte hacia errores capitales, o bien �percepciones selectivas� que distorsionen los mecanismos de interpretaci�n. Finalmente, cabe citar el desarrollo de los m�todos nemot�cnicos, como expresiones necesarias para codificar asociatividades y enlazar cadenas de ideas, haciendo innecesaria la memorizaci�n de ingentes vol�menes de datos a la vez que valorizando con ponderaci�n las �primeras impresiones�, que suelen influir en la credibilidad, la importancia atribu�da y el ordenamiento l�gico de ideas y perspectivas, capaces de explicar orientaciones mentales producidas por efectos de demostraci�n, narrativas plausibles y v�as alternativas para mentalizar un asunto o problema, libre de ambig�edades y construcciones idealistas. Sin embargo, lo antes expuesto no logra alcanzar un nivel intelectual autosustentable, si no se le remite a un Modelo de An�lisis, es decir, a un esquema gen�rico de ideas que busca representar las bases te�ricas de la organizaci�n del proceso anal�tico, capaz de servir de �patr�n de comparaci�n� y referente �ltimo respecto de la aproximaci�n axiol�gica y ontol�gica que se defina respecto de la realidad. En consecuencia, todo profesional del an�lisis debe considerar la omnipresencia de un mosaico de desaf�os intelectuales que, cual obst�culos silenciosos, aguardan al desprevenido para enfrentarlo con una realidad psicol�gica irreductible: peque�os trozos de informaci�n son el punto de inicio para la percepci�n de la realidad; entonces, peque�as piezas de un gran rompecabezas deben realinearse con la din�mica temporal del cambio cont�nuo y, por tanto, gran capacidad cognitiva ser� de indispensable ayuda para superar las dificultades de una vor�gine que se debate entre lo plausible y lo anal�gico. En s�ntesis, el analista debe hacer honor a una vieja frase que, por sabida, no deja de ser cierta: �las mentes son como los paraca�das, s�lo funcionan cuando se abren�.(VER FIG.3):   IV. EL PROBLEMA ANALITICO. Durante a�os y como fen�meno mundial, han prevalecido dudas sobre la credibilidad del �producto de informaci�n�, principalmente porque muchos analistas han hecho prevalecer su calidad de expertos por sobre su rol de procesadores. Esto es b�sico para entender que la m�xima �Poco, bueno y a tiempo� de los a�os 40 no es suficiente y que debe ser complementada con el t�rmino ��til�. Tambi�n se han ido diversificando los tipos de producto de informaci�n procesada, que consideraban tradicionalmente dos opciones: trabajos espec�ficos sobre un tema y/o, informes peri�dicos sobre temas generales por �reas de inter�s; este �ltimo tipo de producto requiere que el usuario sea un excelente lector y un mejor correlacionador entre informes, para permitirle la mantenci�n de un hilo conductor entre per�odos o lapsos de informaci�n. La tendencia actual se orienta al usuario, es decir, al verdadero tipo de informaci�n que un decisor requiere, mas all� de formatos o h�bitos de procesamiento; lo que algunos llaman �Estimaciones de Situaci�n�. Este ambiguo t�rmino, para los no conocedores, debe contener dos elementos: hechos y contexto, lo que implica la necesidad de asociar ambos y desde all�, establecer rangos de posibilidad, tales como: �probable, dudoso, altamente improbable, riesgoso, etc.�. Esta modalidad es estad�sticamente imprecisa y proviene de la subjetividad humana de apreciaci�n, en base a lo disponible, en la imposibilidad de adivinaci�n del futuro. No obstante lo anterior, en la medida que el decisor es de mayor nivel y puede disponer de varias fuentes de informaci�n, la modalidad descrita adquiere valor en cuanto representa una opci�n y una visi�n interpretativa de lo conocido, respecto de lo esperado. Ello no es tan v�lido, por ejemplo, para el campo de defensa donde un peque�o error puede significar la diferencia entre la vida o la muerte de un grupo de combatientes. En mucho influye la capacidad y acertividad de los organismos de b�squeda y,como ya se ha visto, la relaci�n con ellos debe ser de mutua y estrecha confianza, porque la visi�n no puede ser ni horizontal ni vertical, sino central o perif�rica, en una serie de anillos imaginarios que se acercan progresivamente al eje o meollo de un asunto, con el m�nimo de manipulaci�n posible. Los �viejos� analistas imaginaban, a principios del siglo XX, que la confiabilidad de la informaci�n ten�a forma de pir�mide y mientras mas amplia era su base, mejor comprobada estaba una informaci�n. Eso pudo ser cierto en algunas oportunidades, pero en la actualidad, cuando las fuentes se multiplican y el flujo de datos se hace inmanejable, es obvio que el procesamiento debe cambiar su modalidad porque las condiciones pr�cticas y el tiempo disponible han instaurado dos requisitos insoslayables: tiempo real y precisi�n de objetivos. Lo concreto es que, un m�todo no va desplazando a los otros sino que se va construyendo un escalonamiento progresivamente complejo, que se abre como un abanico de posibilidades para que el analista escoja, de acuerdo a la situaci�n planteada; es el caso de utilizar o no hip�tesis de trabajo o solamente ordenaci�n mec�nica y clasificaci�n tradicional. Si se acepta este tipo de operatoria, se debe tener una base racional frente al objetivo o problema en estudio, donde la extrapolaci�n y la interconexi�n de hechos y actitudes sean los mejores indicadores del rumbo que debe tomar el procesamiento, el nivel de sensibilidad del trabajo y las necesidades de saber del usuario. En s�ntesis, cuando se exploran opciones de futuro, las variables internas y externas al problema son infinitas y, por lo tanto, se debe aceptar que el �factor imponderable� (tambi�n conocido como el �factor X�) puede surgir donde y cuando menos se lo espera; de all� la necesidad de estudiar la visi�n prospectiva como una disciplina separada, de valor cient�fico, seria y profunda, que privilegie lo conceptual y la esencia, mas all� de analog�as y relevancias temporales. Por otra parte, existe un crecimiento no bien dimensionado de las futuras tareas y espectativas que se proyectan para el analista del futuro. Es evidente que todo apunta a un incremento de su rol y una redefinici�n de los productos que se le solicitar�n; es decir, por una parte se le obligar� a ser un prospectador de redes de fuentes abiertas, a partir de lo cual dirigir� la colecci�n y la producci�n de inteligencia y por otra, ocurrir� un segundo cambio, paralelo al anterior, que perfilar� al analista como un administrador de recursos de informaci�n, que no lo sabe todo, pero maneja derroteros para encontrar �materia prima� destinada a la producci�n de informaci�n �til. Al mismo tiempo, tendr� un mayor control sobre proyectos de investigaci�n y desarrollo, en temas cada vez mas espec�ficos, tal como sucede en el mundo acad�mico. De igual modo, el nuevo analista ser� un administrador de relaciones de consumo de informaci�n, desarrollando tres (3) tareas primordiales: Mantener, si es necesario, la confidencialidad de su producci�n, lo cual es cada d�a m�s dif�cil de lograr. Asegurar al usuario la confiabilidad del material enviado(informaci�n procesada), en especial para sostener decisiones de corto plazo. Explorar y explotar toda fuente abierta posible, para enriquecer sus bases de datos y sus modelos de correlaci�n de informaciones. Lo anterior significa que el analista, - mas all� de una relaci�n creciente con el usuario -, aumentar� su importancia efectiva y se transformar�, de hecho, en una autoridad en su campo, sobrepasando con creces el nivel de experto en un tema o �rea, como sucede en la actualidad. Por consiguiente, la profesi�n de analista, a diferencia de otras profesiones, requerir� cada vez m�s de una formaci�n cient�fica, un soporte intelectual ,junto a un manejo metodol�gico y cultural de la mayor excelencia imaginable, incluso considerando capacidades innatas, todo lo cual le permita ser competitivo frente a la vor�gine que significa la �explosi�n de la informaci�n�, que se desplaza como una avalancha de nieve en crecimiento y desconcierta a los decisores por su volumen y complejidad.(VER FIG. 4):   Finalmente, la responsabilidad �ltima de este nuevo modelo de analista ser� la de administrar �capacidades de clasificaci�n�, donde se re�nan tecnolog�as de punta, procedimientos �nicos de su profesi�n y el desarrollo de habilidades individuales para separar lo primordial de lo prescindible en tiempo real y no en tiempo absoluto, como se piensa hasta hoy. Eso significa que algo considerado pivote puede llegar a ser accesorio o �para archivo�, de un d�a para otro, sin que dicho dato pierda su validez en s� o su capacidad de explicar una situaci�n del pasado. Por conclusi�n, ser� la circunstancia la que determinar� al usuario y �ste solicitar� del analista las respuestas y bases argumentales para reaccionar con acierto. Muchas Instituciones y empresas a�n no aceptan que este proceso ya est� en marcha, pero los fr�os hechos y los pr�ximos estruendosos fracasos dir�n, por s� mismos, quien ten�a raz�n. Desde el punto de vista de su trabajo pr�ctico y espec�fico, el nuevo modelo de analista deber� ser capaz de: flexibilizar y re-posicionar los �centros de gravedad�, -preocup�ndose especialmente de la literatura �gris�-, las publicaciones especializadas peri�dicas, las oportunidades de posicionar ventajas, y validar prioridades, trabajando en contra del escaso tiempo disponible para descifrar planes e intenciones. El desaf�o es, por tanto, aumentar la certeza y la oportunidad de la producci�n, evitando el desfase de la obsolescencia, pensando que casi siempre el destinatario es un generalista, de cultura alta o media, (pero de tipo) y no necesariamente un especialista o erudito en todos los temas, lo que le obligar� a manejar el idioma con particular precisi�n y sencillez. Una vez recibida la informaci�n de las diversas fuentes y de los asistentes de b�squeda, la clasificaci�n tradicional consideraba: medio, ubicaci�n, tema, lenguaje y nivel de clasificaci�n. Las nuevas condiciones de trabajo ya descritas, obligan a desarrollar una segunda l�nea de criterios para clasificar el conocimiento: conectividad, contenido, �mbito de cultura, recursos involucrados, as� como nivel de sensibilidad y pertinencia respecto de los factores C4I, entre otros. Este nuevo �tamiz� es indispensable para satisfacer las nuevas �reglas de juego�, que se han generado, en la medida que la informaci�n se convierte cada d�a mas en una fuente de poder fundamental, que determina el curso de los acontecimientos y cuya abundancia es amplia, en forma de datos, pero muy escasa como producto terminado de informaci�n procesada, a�n cuando el 80% proviene de fuentes abiertas, como ya se ha dicho. Hasta la d�cada de los a�os 70, las fases de ordenamiento, clasificaci�n y pertinencia, previas al an�lisis, eran realizadas por personal especializado en archivos, bibliotecas y centros de documentaci�n, pero en el hecho, lo realizaban analistas b�sicos que sintetizaban los textos o documentos de gran volumen para incorporarlos en bases de datos no siempre explotables en plenitud. El analista tem�tico proced�a entonces a tomar estos res�menes y compararlos con un flujograma metodol�gico lineal que lo llevaba hasta una s�ntesis definitoria del problema en estudio, a partir de lo cual era posible deducir conclusiones, conjeturas, posibilidades y recomendaciones al usuario. Ese modelo de an�lisis presenta b�sicamente dos inconvenientes; por una parte, el analista debe confiar en la acertada labor del sintetizador previo y por otra, no es evidente ni sencillo aplicar esquemas de refutaci�n, auto-cuestionamiento y dise�o creativo de hip�tesis, ya que, los antecedentes est�n orientados en un solo sentido de pensamiento. Hasta esa d�cada exist�a la convicci�n entre muchos analistas, de diversos pa�ses, que la tecnolog�a no era ni ser�a capaz de intervenir de modo decisivo en su trabajo; es objetivamente cierto que las m�quinas no piensan, pero, adecuadamente programadas, pueden acelerar el proceso de disponibilidad y acceso a datos o asuntos espec�ficos con un considerable ahorro de tiempo. Del mismo modo, el centro o eje del proceso era cualitativamente llevado por el analista y sus capacidades profesionales, dejando a su experiencia y buen juicio la apreciaci�n y valoraci�n de los elementos y factores intervinientes en un problema. Durante la d�cada de los a�os 80 y posteriores el avance inform�tico, tanto en equipos tecnol�gicos como programas, se perfeccion� y comenz� a ofrecer aportes concretos para los procesadores de informaci�n, en sus diversas facetas de trabajo, a�n cuando lo obtenido deb�a ser igualmente interpretado por personas,con mayor acuciosidad que antes, dada la complejidad del producto, su vol�men y el incremento exponencial de las variables consideradas. A partir de ese tiempo, el problema contin�a siendo entregar el mejor producto de informaci�n posible a un decisor apremiado por su circunstancia particular, quien debe ser acertivo y ganador para cumplir cabalmente con su rol. Por su parte, el analista contin�aenfrentado a grandes y crecientes vol�menes de datos e informaciones que deben ser contrastadas para determinar su pertinencia respecto de determinado asunto en estudio, pero ning�n cerebro humano normal es capaz de procesar con rapidez y total acierto esos enormes vol�menes, en especial para cumplir las siguientes tareas: -Determinaci�n del significado de un texto, en forma concisa. -Capacidad efectiva de realizar s�ntesis, sin perder los contenidos esenciales. -Capacidad efectiva de acceso r�pido a grandes bases de datos. -Comprensi�n cabal de distintos tipos de lenguaje, seg�n el problema que se trate, considerando aspectos sem�nticos, figuras ling��sticas y estructuras morfol�gicas. Lo anterior retrotrae entonces el problema a la condici�n sin�rgica de la interacci�n hombre-m�quina y, s�lo una adecuada capacitaci�n del personal ejecutivo permitir� el dise�o de proyectos de an�lisis y modelos de procesamiento, capaces de ayudar en la conceptualizaci�n definitoria entre: importancia relativa de la informaci�n, en s�, e influencia de la misma en el discurrir del an�lisis seg�n los requerimientos del usuario. Simult�neamente, contin�a expandi�ndose por el mundo el ambiente computacional �window�, que hizo mas accequible al usuario respecto de complejas bases de datos y redes internacionales como Internet, lo cual permite, hasta hoy, el despliegue exitoso de grandes vol�menes de informaci�n, su permanente actualizaci�n y, al mismo tiempo, la priorizaci�n de aquellos elementos gravitantes en alg�n asunto espec�fico, debido a la capacidad incremental de establecer relaciones entre tipos de fen�menos, sus causas y sus condicionantes. Por su parte, los nuevos programas computacionales no resuelven el trabajo anal�tico por s�, pero son capaces de conjugar el aporte tecnol�gico con las destrezas del analista, a la vez que plantean un desaf�o profesional a este �ltimo, imponiendo necesidades de capacitaci�n t�cnica y el dise�o de nuevas metodolog�as de procesamiento y producci�n, que garanticen resultados cada vez mas �tiles para la mejor decisi�n de los usuarios. Como ejemplo de lo anterior, diversas empresas transnacionales que dise�an, fabrican y comercializan programas computacionales, de nivel cient�fico, han creado los denominados �textoan�lisis� que son aplicaciones estandarizadas de estructuras l�gicas, organizadas en red, que permiten descomponer un problema u objeto de estudio en, a lo menos, seis aspectos que deben ser estudiados en todo proceso de an�lisis: - Evidencia, dentro de un texto, de los t�rminos mas importantes de la estructura sem�ntica, lo que ayuda en la comprensi�n de la orientaci�n central que �ste contiene. - Resumen de textos extensos , mediante la combinaci�n de estructuras ling��sticas y m�todos de investigaci�n, estructurados como redes neurales, lo que permite relacionar o discriminar elementos comunes y estructuras de lenguaje, acortando el lapso de procesamiento b�sico en la formaci�n del corpus. - Capacidad de �exploraci�n � al interior de los textos, mediante el enfoque dual: sujeto-objeto, con la incorporaci�n, en el programa computacional, de diccionarios morfol�gicos, ideogr�ficos, de l�gica formal y de significado, todo lo cual permite �enfocar� con rapidez los �elementos pivote� de un texto o un grupo de textos afines. - Acceso eficiente al interior de las bases de texto, mediante redes sem�nticas organizadas para detectar: t�rminos claves, conceptos, frases asociadas y neologismos que, permiten al analista la determinaci�n del grado de amplitud y vinculaci�n entre los elementos y factores identificados. - Estructuraci�n de �temas-texto�, es decir, el computador es capaz de representar en pantalla un �rbol l�gico y sus vinculaciones con la estructura sem�ntica del texto analizado, lo que permite entender el sentido de la relaci�n �origen-destino� de la l�gica utilizada por el autor del o los textos analizados. - Recuperaci�n y agregaci�n de informaciones relacionadas; �sto significa que el sistema permite derivar, a partir de palabras claves y un modelo sem�ntico determinado, las frases y los p�rrafos que se consideran esenciales para entender la esencia y la substancia de una serie de textos, documentos, etc. Adem�s, estos programas est�n dise�ados para relacionar, por derivaci�n ling��stica: t�rminos, ideas-fuerza, conceptos y denominaciones, con el prop�sito de ayudar en la identificaci�n de lo esencial respecto de lo complementario y de lo insustituible respecto del �relleno� textual, que s�lo se incluye para ayudar a la mejor comprensi�n del lector. En consecuencia, el analista est� en condiciones de minimizar el tiempo necesario para su trabajo rutinario, dej�ndose mas tiempo para reflexionar y dise�ar la estructura de la fase de producci�n de informaci�n final. En 1999, surgen los primeros �texto-an�lisis de l�gica y coherencia completa�, destinados no s�lo a los analistas tradicionales, sino, a editores de prensa, investigadores de todas las Ciencias, analistas financieros, juristas, polit�logos y gestores de capitales en las bolsas de comercio. Desde esa fecha, el consumo de este tipo de programas ha sido exponencialmente incremental, por cuanto, si bien los analistas han comprobado que la m�quina no reemplaza al hombre, sin embargo, le permite poner en evidencia: t�rminos ling��sticos de importancia, palabras claves y jerarquizaci�n de t�rminos, debido a su presencia recurrente en los documentos estudiados. No obstante, cualquiera sea el �rea tem�tica o el nivel tecnol�gico disponible, se est� en presencia de procedimientos y apoyos instrumentales, donde el soporte a la gesti�n es un acicate para superar obst�culos de apariencia irreductible, pero cuyo determinante matriz es la capacidad humana para extraer las conclusiones mas precisas que sean posibles. V. ANALISIS Y PRODUCCION. Un elemento adicional que complica a�n m�s el intrincado panorama antes descrito es la proliferaci�n exponencial de la denominada �literatura gris�, la cual,al ser procesada por especialistas de alta capacidad, puede ayudar a entender hechos y situaciones, que no son siempre accesibles en el fondo, para todos los analistas. Se entiende por literatura gris toda aquella informaci�n o grupo de datos que se exponen sin comentarios ni orientaciones expl�citas, respecto de un tema, sea �ste acad�mico, estad�stico, financiero, de almanaque, directorios telef�nicos y de empresas, etc. Lo anterior quiere decir que su interpretaci�n puede ser variada, dada su apariencia amorfa, pero en cuyo interior subyacen se�ales o claves de informaci�n s�lo discernibles por expertos y analistas de larga experiencia; su origen puede ser diverso y su intenci�n indefinida en la apariencia, pero una cifra entre miles o una frase entre centenares, pueden dar la motivaci�n de intenciones, dentro de una situaci�n bajo estudio. Por lo anterior, se insiste en que, para el analista, contin�an surgiendo nuevos desaf�os: buscar nuevas formas de interpretar lo relevante, identificar �l o los expertos m�s calificados para jerarquizar el valer de los documentos bajo estudio, comprender y valorizar el nivel de las citas bibliogr�ficas de los autores, definir preguntas trascendentales que deber�n ser respondidas antes de continuar, etc. Todo ello, ha motivado la aparici�n de pr�speras empresas transnacionales productoras de Informaci�n para Inteligencia, tales como JANE�S, OXFORD ANALYTICA, SIPRI, SPOT IMAGE y algunos Centros Universitarios de prestigio internacional. El producto obtenido del procesamiento de fuentes eruditas tan diversas, contiene dos tipos de elementos: por una parte, la evoluci�n de la capacidad anal�tica para obtener lo esencial y por otra , la asociaci�n �nica de datos y hechos que pueden explicar y sostener la veracidad de las conclusiones y proposiciones que se env�an al decisor. Es este "valor agregado� lo que le otorga al documento o producto elaborado un determinado nivel de confidencialidad, porque representa la puesta en evidencia de circunstancias que otros no perciben y por lo tanto surge por s�, un valor de uso que otros no disponen, a�n cuando inviertan ingentes cantidades de dinero en equipos de an�lisis mal entrenados, novatos o mal dirigidos. La mejor manera de obtener la producci�n de �ptimos an�lisis es disponer de analistas de alta calidad profesional que efect�en el proceso; �sto significa proveer un flujo de recursos humanos que se constituya en una �carrera profesional�, que atraiga a las mejores mentes j�venes para formarse y desarrollarse en los diferentes niveles y especialidades del an�lisis. Una formaci�n acad�mica b�sica es imprescindible, como tambi�n una formaci�n profesional acorde al �rea o tema que desea ser estudiado. Se trata de un proyecto de largo aliento que conlleva a�os de preparaci�n y experiencia, indistintamente de los contratistas o de la autoridad pol�tica de turno en los gobiernos, puesto que se trata de entregar lo m�s cercano a la verdad y jam�s lo m�s cercano a la adulaci�n ya que, una cosa es estudiar el desarrollo de un proceso pol�tico o estrat�gico y otra muy distinta es involucrarse en �l. Por todo lo anterior, es necesario proteger la profesi�n encargada del procesamiento de informaciones respecto de situaciones contingentes y recurrentes, tales como el parroquialismo, el clientelismo, la militancia subjetiva y la politizaci�n abierta, vicios todos �stos que deforman el acceso a la certeza para acceder a la verdad y transforman el procesamiento de informaci�n en simples opiniones respetables, pero de escaso valor para decisiones equilibradas. Ello es especialmente verdadero para situaciones como el manejo de crisis y la alerta temprana, donde un procesamiento fr�o y de la mayor objetividad posible producir� las mejores alternativas para optar en una situaci�n de emergencia. Una tendencia que se asocia a la especializaci�n creciente es la formaci�n de �grupos pensantes� al interior de las agencias, que son distintos a los �equipos de trabajo� circunstanciales que se forman frente a situaciones cr�ticas. Estos �grupos pensantes� son dirigidos por un analista experimentado a cuyo cargo se integran uno o dos analistas novatos y uno o dos analistas de relativa antig�edad; su modo de trabajar consiste en la mantenci�n de un plan de an�lisis faseado en corto, mediano y largo plazo que act�a como un rompecabezas, el que jam�s se completar�, pero cuya mejor descripci�n y entendimiento es la puesta al d�a permanente mediante el procesamiento sostenido, junto a la realizaci�n de a lo menos dos reuniones diarias de discusi�n en las que ojal� se contrapongan perspectivas diferenciales que ayuden a encontrar la verdad; en esas reuniones, cada analista debe disponer de per�odos m�ximos de 5 minutos para demostrar su capacidad de s�ntesis y la precisi�n de sus mejores conjeturas y puntos de vista. Luego de dos o tres rondas de opini�n, el Jefe del grupo ya se ha formado un concepto y puede reorientar o profundizar el proceso de an�lisis, encargando a uno o dos de sus colaboradores la redacci�n de conclusiones y proposiciones, si corresponde. No se debe olvidar que se act�a contra el tiempo y que nuevas situaciones o antecedentes siguen aconteciendo, lo las que puede alterar lo concluido hace pocas horas o el d�a pret�rito. Lo anterior, lleva a reflexionar a cerca de la validez y vigencia de un determinado informe, sobre lo cual se debe tener presente que, para cada situaci�n o problema el tiempo de plena vigencia ser� distinto, seg�n se aceleren o congelen los acontecimientos; esto es especialmente v�lido para las operaciones de cualquier campo del acontecer nacional e internacional ,en las cuales la correcta interacci�n entre gesti�n y apresto de grupos de tarea para el trabajo anal�tico, dan la clave del �xito o fracaso de una gesti�n compleja sea disuasiva o contestataria. Al mismo tiempo, la dosificaci�n p�blica de las informaciones puede acelerar o frenar una crisis, �ganar la paz� o dar la espalda a un punto de no retorno; en cualquier caso, como se aprecia, son m�ltiples y variados los modelos posibles de aplicaci�n de la tarea anal�tica y en cada uno de ellos, el factor CREATIVIDAD es imprescindible para evitar que la situaci�n escape de control, porque en este �mbito, los errores son los m�s caros e irreversibles que una empresa, instituci�n, pa�s o coalici�n pueden sufrir. No obstante lo expuesto, es indispensable insistir en las renovadas modalidades espec�ficas de trabajo que debe emplear el analista en su labor cotidiana. Formalmente, debe planificar, definir y orientar sus objetivos y m�todos; posteriormente reunir la informaci�n disponible, para luego proceder a su interpretaci�n, extraer conclusiones o definir hip�tesis de futuro (seg�n corresponda); a partir de ello ser� posible proyectar los resultados; dentro de esa labor, es destacable la gravitaci�n de la tarea de INTERPRETACION, donde se exige de este profesional el ejercicio de sus mejores condiciones de juicio metodol�gico y vocaci�n personal, sobre todo en lo referido al an�lisis de contenidos y, dentro de ellos, la identificaci�n de los mensajes que all� se incluyen, entendidos �stos como las ideas-fuerza esenciales propuestas en el texto y muchas veces como los signos que denotan los objetivos �ltimos que se persigue entregar al receptor (lector, espectador, televidente o simple destinatario). Tanto el an�lisis de contenidos como el de mensajes, focalizan su estudio y descripci�n en lo que dicen los textos, definiendo y separando lo complementario de lo principal. Para ello, existen varias perspectivas de acercamiento al problema. Por una parte, el an�lisis de FORMA, que se centra en COMO se est�n diciendo los mensajes dentro del contenido y aquello que narran, es decir, como se presentan expl�citamente, usando al efecto ciertos signos o claves paraling��sticas. Por otra parte, es interesante conocer los alcances de las informaciones y para ello es preciso entender �QU� se dice�, examinando lo expuesto, sin atribuir importancia a los rasgos del continente, sino privilegiando el contenido. En todo caso, el an�lisis debe ser verificable, mediante referencias a elementos presentes y ausentes en el texto; de all� la necesidad de enfrentar esta tarea con una bateria de m�todos predise�ados, pero adaptativos, seg�n sea el objetivo a cumplir. Algunas personas piensan que hay que comenzar por una s�ntesis de contenido y la definici�n de los t�rminos clave; otros piensan que es preciso separar primero el contexto y luego enfrentar el texto, por cuanto no s�lo es preciso conocer lo que est� dicho y c�mo se dice, sino entender sus significantes y profundidad, contenidos en los documentos, de acuerdo a las circunstancias que generaron su redacci�n (enfoque gen�tico). En cualquier caso, todo documento contiene potencialmente una cantidad de informaci�n que habla b�sicamente de tres fen�menos: su grupo de pertenencia, los hechos relatados y los efectos buscados. En cuanto a lo que DICE un mensaje, �ste siempre refleja intenciones, prop�sitos y circunstancias de alg�n tipo, que explican un entorno. Respecto del AUTOR, �ste posee obviamente: valores, cultura profesional, universo sem�ntico, personalidad, tal vez alg�n nivel de ideolog�a, marco referencial de im�genes, expectativas, conciencia, capacidad de manejo de situaciones, en suma: una particular COSMOVISI�N. En consecuencia, los resultados m�s seguros ser�n los que provengan de aquellos an�lisis cuyos objetivos se limiten a obtener, a lo menos, informaci�n del mensaje fundamental: �cu�l es y c�mo se dice?. Para el analista, la tarea no es simple; �l debe observar y ver lo que los ojos simples s�lo miran, dirigiendo la atenci�n sobre ciertas propiedades del texto, que inicialmente s�lo pueden ser discernidas o percibidas por especialistas y desde all� descomponer el TODO en tantas partes org�nicas como sea considerado necesario. Por lo tanto, el an�lisis es antes que nada un procedimiento de descripci�n, clasificaci�n y transcripci�n de los contenidos de un texto, siguiendo las normas de un c�digo; ello conlleva la definici�n de categor�as las que, basadas en un esquema metodol�gico, son utilizadas por el analista para acceder a los mensajes y a las significaciones fundamentales de los contenidos. En consecuencia, analizar contenidos y mensajes es ponderar, por medio de un m�todo -evaluado como �seguro�-, las informaciones que se encuentran en ellos, registrando lo que contienen y descubriendo su significado profundo tras la forma en que se presentan. Por tanto, se trata de un proceso que asocia descripci�n, clasificaci�n y transcripci�n, mediante sucesivas comparaciones y asociaciones, que se ejecutan siguiendo un c�digo predise�ado al efecto (en funci�n del objetivo). Desde el punto de vista de la clasificaci�n general de los contenidos esenciales, existen diversos tipos de objetivos presentes en los mensajes; ellos pueden ser, pragm�ticos, ideol�gicos, instrumentales, circunstanciales, entre otros. En consecuencia, si lo que se desea es conocer cuales son los principales objetivos pr�cticos recurrentes para efectuar dichos an�lisis, es posible definir los siguientes: Descubrir si existe alg�n marco de ideas originario y subyacente, entendido como el esquema de pensamientos, verdades, supuestos y creencias en que se basa el discurso, cuyas ideas se hacen evidentes al proyectarse en el texto, manifestar concretamente su presencia y definir, en su inspiraci�n conceptual, la intencionalidad de los contenidos y mensajes presentes. b) Conocer expresiones de la realidad social de pertenencia, para detectar la presencia de situaciones, conceptos, percepciones y testimonios que definen las caracter�sticas mas representativas del orden social existente en un medio, las posibles desigualdades, niveles de satisfacci�n o insatisfacci�n de las personas, as� como la percepci�n que ellas tienen de s� mismas. c) Evidenciar la presencia de recursos manipulativos, de tipo emocionales o sensiblemente apelativos, que act�an por impacto en el lector o receptor, con el objeto de exaltar y exacervar animosidades, sentimientos, fijaci�n de percepciones parciales, distorsiones asociadas o elementos similares que puedan generar opiniones y apreciaciones subjetivas, basadas en la pasi�n o el sentimiento, por sobre la raz�n y los hechos. d) Develar la presencia de simple publicidad y/o propaganda encubierta, entendida esta �ltima como expresiones subliminales, a veces difusas, cuyas informaciones buscan ganar voluntades a trav�s de sutiles insinuaciones, pero cuya forma evidente parece informativa e incluso imparcial, subyaciendo la intencionalidad de prodigar o inducir opiniones favorables hacia una determinada persona, causa o situaci�n que se desea apoyar. e) Reconocer estilos de presentaci�n de contenidos y mensajes, que caracterizan o definen a grupos, personas o tendencias filos�ficas los que a su vez, pueden obedecer a determinados intereses o motivaciones. Cada uno de ellos definir� y �marcar� su lenguaje, de acuerdo a su esquema de ideas, su perspectiva de pensar y el discurrir de su m�todo de percibir y entender la realidad. f) Evidenciar la presencia de patrones culturales, entendidos como expresi�n de la ostensible presencia de tipolog�as de ideas, modalidades de uso del lenguaje o, expresiones locales y �nicas, que demuestran facetas de la identidad, idiosincracia, usos y costumbres de personas, grupos, empresas o naciones, caracterizando al lenguaje con expresiones y formas originales. g) Conocer la operatoria del proceso comunicativo en el medio de origen, con el prop�sito de identificar la metodolog�a de tratamiento de la informaci�n que se dio inicialmente a los datos de base que componen esa informaci�n, su organizaci�n en el texto y la forma en que se suceden para hacer llegar al destinatario los contenidos y mensajes de los cuales consta. A partir de ese conocimiento, entender el discurrir que se otorga al proceso de comunicaci�n, sea �ste masivo o personal. h) Determinar las ideas esenciales y sus motivos, entendi�ndolas como aquellas fuentes o par�metros conceptuales desde donde se derivan las consideraciones de los contenidos y mensajes, cuya ausencia har�a imposible entender la articulaci�n del cuerpo de opiniones y proposiciones del texto, o har�a dif�cil entender su estructuraci�n org�nica, y menos a�n, la proyecci�n de su significado. Adem�s, de entre las numerosas dificultades que el analista encuentra en su tarea, est� el uso intencionado (por parte de los autores) de t�cnicas subjetivas de empleo de lenguaje, tales como Manipulaci�n y Distorsi�n, utilizadas con el objetivo de enga�ar o direccionar al receptor. De esa manera, el cuerpo de conocimientos sobre el tema analizado debe enriquecerse, especialmente cuando el estudio pr�ctico se conecta con alguna teor�a o modelo interpretativo, pertinente o af�n. La idea central que se deriva de lo anterior es que todo problema de an�lisis existe porque el analista percibe dudas acerca del verdadero discurrir l�gico, lo que se resolver� examinando los mensajes y la esencia del contenido. Ello se realizar� bajo la forma de identificaci�n de una interrogante, que es una inc�gnita sobre la cual existe inter�s por conocer su significado, su proyecci�n y las razones fundamentales que explican su ocurrencia. Desde el punto de vista operacional, el analista busca identificar primeramente el concepto central, que es la propiedad o atributo que se supone est� siempre presente tras el mensaje principal; es decir, lo que se pretende determinar con el prop�sito de descubrir como se manifiesta y act�a en el conjunto del contenido. Es la caracter�stica observable principal que interesa examinar, as� como su relaci�n con los mensajes asociados (si los hay). Esos par�metros, relacionados, pueden ser considerados metodol�gicamente por el analista como variables dependientes y pueden ser medidos o comparados en consecuencia.(VER FIG. 5):   Una vez considerado lo anterior, se sugiere al analista proceda a definir, ya sea el objeto de an�lisis o el sujeto de la observaci�n, precisando las caracter�sticas que se examinar�, la valoraci�n de las mismas (importancia) y el rol del objeto-sujeto en sus expresiones o bien, respecto del modelo de entorno. Por consiguiente, se produce la siguiente secuencia: FORMULACI�N ( VALORACI�N ( ACONTECIMIENTO (.... ......(SUJETO ( EXPRESIONES ( REALIDAD. Al respecto, no se debe olvidar que toda expresi�n o t�rmino es portador de una diversidad de significados, por ello se requiere delimitarlos en un contexto de estudio, tanto conceptual como temporal. VI. CATEGORIZACION DE PROCEDIMIENTOS ANALITICOS. En cuanto a las modalidades de procedimiento, existen aspectos relevantes que el analista estudia al enfrentarse a un cuerpo de contenidos que debe ser desglosado, mas all� del concepto central del problema. Para ello utiliza las denominadas CATEGORIAS DE ANALISIS, que son los c�digos transcriptores de los mensajes analizados (�sto es, su clasificaci�n). Las categor�as son conceptos clasificatorios a trav�s de los cuales el analista intentar� encontrar respuestas a un problema ya definido. Conceptualmente, una categor�a se entiende como una noci�n general que representa un conjunto o un tipo definido de caracter�sticas y atributos, lo que autoriza a agruparlas en una misma clase. Operacionalmente, la tarea que debe realizar el analista es definir una pregunta de fondo que se dirige al contenido y sus mensajes; para ello, realiza el llamado An�lisis Estructural, que privilegia el uso de conceptos espec�ficos, tales como: a) RELACI�N ASOCIATIVA entre SUJETO OBJETO DESTINATARIO, entendida como una cadena ling��stica que privilegia la comunicaci�n como el instrumento que permite informar determinados contenidos y mensajes. Un tipo de relaci�n, -de entre varias posibles-, se produce en las denominadas relaciones sintagm�ticas. RELACIONES SINTAGMATICAS, son aquellas combinaciones de dos o m�s palabras o expresiones consecutivas, en una cadena hablada. Al concatenarse, las palabras establecen relaciones basadas en el car�cter lineal del lenguaje, que excluye la posibilidad de pronunciar dos elementos al mismo tiempo; Por ejemplo: �un tremendo choque�, �cada hombre�, etc.. En un SINTAGMA, un t�rmino s�lo adquiere su valor en la medida que se opone al que le precede o al que le sigue, o a ambos. Pero ello no basta al analista para entender plenamente el discurrir de un texto; le hace falta conocer el fondo del problema, es decir los ROLES que cumple cada t�rmino, en sus respectivas FUNCIONES. c) FUNCIONES, son aquellas descripciones de la estructura del lenguaje, definidas como instrumentos de comunicaci�n. En este caso, todas las unidades ling��sticas y sus interrelaciones son analizadas y descritas por el analista, tomando en cuenta su desempe�o en la comunicaci�n estudiada. De la aplicaci�n de lo antes expuesto, el analista constatar� que se derivar�n dos tipos fundamentales de �ejes ling��sticos�: el eje SINTAGMATICO o de OPOSICI�N, cuyo car�cter lineal ya se ha descrito y el eje PARADIGM�TICO o de SIGNIFICACI�N, que recuerda el desglose de un �rbol l�gico, donde prima el car�cter asociativo, pues a partir de un t�rmino dado, (tomado como centro), convergen o se derivan otros t�rminos, cuyo alcance es indefinido. Estos dos �ejes� servir�n de gu�a al analista, tanto en la b�squeda del or�gen de la forma ling��stica analizada, como en su estructura interna, ayud�ndole en su tarea descubridora de significados y caracter�sticas. Las caracter�sticas de mayor riqueza de contenido heur�stico (manifiesto), ser�n las que provengan de una erudici�n mas profunda sobre el tema que se est� investigando, apoyada en un cuerpo de conocimientos disponibles, mas o menos estructurado. Pero ese logro s�lo es posible si interviene el profesional del procesamiento, que es el analista. Es �l quien metodol�gicamente determina y emplea con propiedad los procedimientos del an�lisis, en funci�n de las interrogantes con que se enfrenta al contenido por analizar y a sus mensajes incorporados. Respecto de los MENSAJES, se definen experimentalmente seis (6) funciones principales que �stos pueden cumplir, dentro del lenguaje de los contenidos de un texto: - estados internos del emisor (funci�n expresiva) - contexto comunicacional (funci�n referencial) - sensaci�n est�tica (funci�n po�tica) - contacto con el interlocutor (funci�n f�tica)(el �al� telef�nico) - c�digo entre emisor y receptor (funci�n metaling��stica) - influencia en la conducta del receptor (funci�n conativa). Adem�s, frente a la presencia de MENSAJES, el analista utiliza operacionalmente dos l�neas de trabajo: primero, se definen criterios categorizantes para acercarse al objeto de estudio; segundo, se propone enfrentarse espec�ficamente al conjunto de mensajes, sin un c�digo preestablecido y desde all�, proceder a la construcci�n de una clasificaci�n. Para tal efecto, las categor�as se agrupan principalmente en: - pertinentes - excluyentes - exhaustivas - objetivas. Al respecto, cabe recordar la relaci�n existente entre categorizaci�n y polisemia, que es la riqueza de significados que puede encerrar una expresi�n y cuyo conocimiento es necesario determinar a priori. Desde una �ptica clasificatoria, es dable informar que, las CATEGORIAS DE AN�LISIS pueden dividirse en: - Categor�as de Materia (temas tratados en el texto) - Categor�as de Forma (c�mo se trata el tema) - Categor�as de Apreciaci�n (c�mo se eval�a el tema) - Categor�as de Actores (status, car�cter, or�genes). Las categor�as actuar�n entonces, como el c�digo a trav�s del cual el analista leer� los mensajes del contenido, que pueden surgir, tanto de la interrogante inicial, como del material de informaci�n disponible sobre el tema en estudio.En cuanto a la constituci�n del CORPUS, �ste se define como el conjunto de material que contiene las informaciones y las caracter�sticas que interesa descubrir; son las partes del contenido en que se busca la raz�n �ltima de un problema analizado. Puede estar conformado por textos completos o s�lo �unidades de muestreo�, seg�n el tama�o del material en estudio. En t�rminos objetivos, el Corpus es el conjunto de documentos que se re�ne para el trabajo anal�tico, cuando ya se ha establecido con precisi�n el objetivo de b�squeda que se persigue, al llevar a cabo el proceso de an�lisis y, por ello, si es muy abundante, se tomar� s�lo una muestra representativa. Por extensi�n, se considera al Corpus como el conjunto de mensajes y contenidos de un texto, donde hay razones para presumir que el analista encontrar� respuesta a la interrogante inicial y que representa el motivo para realizar el trabajo de an�lisis.(VER FIG. 6)   VII. ANALISIS DEL �PROCESO DE INTERLOCUCION�. El marco general del proceso de interpretaci�n de informaciones, -dentro del cual se inscribe la tarea de an�lisis-, considera de la mayor importancia al denominado fen�meno de interlocuci�n, faceta del proceso de comunicaci�n que supone las siguientes dos interacciones: a) ESCRITOR (AUTOR) (( TEXTO (CONTENIDOS Y MENSAJES) y b) ESCRITOR (AUTOR) (( LECTOR (DESTINATARIO). En cuanto a su desarrollo espec�fico, �ste se proyecta en base a dos componentes: 1) ANALISIS DISCURSIVO DEL TEXTO y 2) ANALISIS LING��STICO. En lo referido a su realizaci�n pr�ctica, por parte del analista, considera la existencia de tres planos de procedimiento: 1) un registro (Ej.: cient�fico, period�stico, cron�stico, etc.) 2) un g�nero (Ej.: resumen, cuento, relato, etc.) 3) una lengua (Ej.: Castellano, Ingl�s, Franc�s, etc.) En consecuencia, al estudiar el discurrir del fen�meno denominado creaci�n intelectual, el analista descubre la ocurrencia de una serie de interacciones entre el autor y sus ideas que, al final, se expresan en una serie de decisiones que el autor realiza antes y durante las diferentes instancias de elaboraci�n, lo que conlleva el proceso de reunir, organizar y comunicar los resultados de su pensamiento. Dichas opciones son importantes objetos de estudio para el analista, porque manifiestan de una u otra forma su orientaci�n en la superficie del discurso definitivo. En la comunicaci�n cient�fica, por ejemplo, (tradicionalmente considerada co reflejo fiel de fen�menos observados en el mundo, con car�cter supuestamente neutral y objetivo), se analiza actualmente el producto de diferentes l�neas de pensamiento, inmersas en la cultura, que se expresan a trav�s de un texto dotado de alg�n tipo de ret�rica. Ello est� referido adem�s, a los esquemas de ideas seg�n la disciplina que se trate y a las convenciones del g�nero o tipo de trabajo. En consecuencia, para el analista profesional se plantean tres desaf�os inmediatos en este �mbito: conocer el discurso de las informaciones, conocer los objetivos del o los autores y evaluar la respuesta de los lectores o destinatarios. En consecuencia, el analista debe preocuparse de identificar y evaluar las conexiones intencionales y contextuales que ocurren en el dominio de un �rea tem�tica, que se desarrollan mediante un tipo de discurso dado y que se expresan en un �producto-texto� determinado. Por ejemplo, es el caso de las conexiones intencionales que permiten al analista identificar la existencia de una fuente enunciativa (singular, colectiva y/o plural) que sirve para reconocer en ella los objetivos del comunicante, esto es, saber �quien� est� presentando s�lo informaci�n o bien, �quien� est� proporcionando pruebas, �quien� est� proporcionando un m�todo o procedimiento, o �qui�n� est� evaluando evidencia, (la suya o la de otros); adem�s, le permite saber �a qui�n� est� siendo dirigido un cierto mensaje. El �auditorio� puede ser un grupo restringido de especialistas o bien, una comunidad de pares quienes en su conjunto, conforman una comunidad (nacional o internacional) que cultiva una profesi�n o una rama del saber, y por tanto, es dable evaluar los efectos que tales acciones o dichos pueden provocar en los receptores, a diferencia de los efectos que el texto provocar�a entre un auditorio NO-EXPERTO. Por otra parte, es evidente que las reacciones de los receptores resultan ser de: �acuerdo� o de �desacuerdo� y pueden representarse a su vez, por la producci�n de cambios de direccionalidad en las actitudes, expresadas en acciones opcionales tales como: adherir/rehusar, admitir/denegar, aceptar/rechazar, legislar/archivar, o bien mediante planteamientos, procedimientos, pruebas, y/o recomendaciones que, en definitiva puedan aportar cualquier informe, libro, art�culo, video o documento determinado. Tambi�n se producen las llamadas conexiones de contexto, que son efectos provocados en el receptor por los factores y par�metros que inciden en la construcci�n/reconstrucci�n del �QUE�, es decir, por la representaci�n textual. Este par�metro corresponde a la materia enunciada; en otras palabras, al contenido proposicional, as� como a las opiniones y puntos de vista comunicados, que se relacionan con ese contenido. Si para la adecuada evaluaci�n de las conexiones intencionales, el an�lisis debe focalizarse en las interacciones entre los actores o participantes (representadas por los par�metros �qui�n /a qui�n�), las conexiones contextuales deben analizarse a la luz de los par�metros �c�mo� y �d�nde�, los cuales representan las convenciones y restricciones del �g�nero� y de las normas del veh�culo de comunicaci�n, respectivamente. Desde el punto de vista de la actividad del procesador de las informaciones, es claro que, en todo documento analizado, le ser� posible encontrar tres �PLANOS-FUENTE� de extracci�n de datos: EXTERNO: que relaciona el texto con un marco de referencia del mundo exterior: considera el medio de publicaci�n, el status del mismo, los actores involucrados, el tipo de destinatario, el �p�blico cautivo�, la lengua de comunicaci�n, la frecuencia de env�o y el lugar de publicitaci�n. 2. INTERMEDIO: que especifica la referencia, el t�tulo y los t�rminos clave, que anuncia la especialidad, el tema y el contenido informacional. INTERNO: que se constituye en el CUERPO de una s�ntesis, donde se produce la relaci�n con la audiencia o destinatario, y el v�nculo espec�fico entre AUTOR ( PROPOSICION ( ENUNCIADO, del texto. En cuanto a las proposiciones de los ENUNCIADOS su veracidad y su atingencia, se pueden considerar desde tres perspectivas posibles: a) Conforme a un juicio de EXISTENCIA, ya sea como un saber, conjetura o deseo, donde se atribuye un valor al fen�meno observado u observable. Dicho juicio es el que se somete a comparaci�n con el texto (o textos) discursivo(s) de origen, antes conocido(s). b) Conforme a un principio de PERTINENCIA, donde se revisan datos que hablan de lugares, temas e informaci�n atinente, cont�nua y permanente, a partir de lo cual es posible evaluar los fundamentos de las variaciones de comportamiento frente a una tema, ya sea por llegada de informaci�n nueva o remanente de anteriores sucesos. c) Conforme a la existencia de los LAZOS VINCULANTES que se desea precisar, ya sea entre sujetos de an�lisis, fen�menos o problemas, comparados con el texto que los pone en relaci�n �Diaf�nica� o �Interactiva�. Pueden ser expresados mediante t�rminos clasificantes o calificantes. . METODO DE EMPLEO:- Una vez que el analista ha reunido un CORPUS de informaci�n, le es posible emplear un m�todo l�gico-deductivo para el estudio de los fen�menos considerados, que aplica una f�rmula cl�sica de referencia a posibilidades, tales como: presencia/ausencia, diferencias de grado, o intensidad/tiempo, entre otras. Ello le permite detectar e interpretar diferencias de modo y gradaci�n, �tiles para una eventual predicci�n, tanto para evaluaciones objetivas como para evaluaciones subjetivas, evidenciables a trav�s del l�xico y su estructura de relaciones, de acuerdo a la siguiente l�gica: UNA SECUENCIA TEXTUAL �S� CONTIENE O NO CONTIENE INDICIOS �I� EN EL CONTEXTO �C� CON LA NATURALEZA DE CATEGORIAS �N�. Explicaci�n: - Secuencia �S� implica una progresi�n l�gica temporal. - Indicios �I� designa entidades espacio/temporales (aqu�/ahora). - Contexto �C� habla de condiciones de producci�n/recepci�n (status-condici�n). - Naturaleza �N� categoriza de modo discriminatorio situaciones opuestas:  (vida-muerte) (blanco-negro). Como una forma de eliminar supuestas entidades in�tiles de un texto, existen modalidades de oposici�n esencial para la resoluci�n de la dicotom�a SER/NO SER y lograr que se proyecten los juicios de veredicto y los juicios de atributos; los primeros son de �ndole cuantitativa y los segundos son de tipo cualitativo. En s�ntesis:- a) PRESUPOSICION EXISTENCIAL, que opone SER/PARECER y sus contrarios. b) CATEGORIZACION MODAL, que se refiere a lo necesario o lo posible y que opone: superfluo/indispensable , previsible/improbable. c) CATEGORIZACION SINTACTICA, que determina, cuantifica y opone: conocido/desconocido, poco/mucho. d) CATEGORIZACION AXIOLOGICA, que atribuye valor o beneficio, sobre la base de la oposici�n que se deriva de la dicotom�a: bueno/malo. VIII. DEFINICION DE UNIDADES DE ANALISIS. Al proceder al an�lisis de una materia, el procesador debe utilizar criterios categorizados para clasificar y dividir la documentaci�n que a primera vista parece ca�tica, para facilitarse la tarea de encontrar respuestas al problema planteado. Gracias a ello, crear� entonces, unidades de significado, cuya dimensi�n es variable, de acuerdo a su naturaleza, pero que poseen una ra�z com�n. Como ejemplos de Tipos de Unidades de Significado, Clasificatorias pueden citarse: - tipo de acontecimiento (p�blico, privado). - origen geogr�fico de los datos (continente, pa�s, regi�n, provincia). - escenario y temporalidad de los datos (entorno, �poca, fecha). - agencia informativa responsable (prensa escrita, TV, agencia de gobierno). Los ejemplos gen�ricos anteriores justifican su empleo en la medida que las Unidades de An�lisis son segmentos en que se divide el corpus para su estudio. Son trozos de un TODO que permiten al analista observar, decodificar, clasificar, reordenar y examinar datos e informaciones, para facilitar su trabajo de an�lisis y ayudar a obtener el conocimiento de su significado real. Principales Tipos de Unidades de An�lisis: a) Unidades de contexto: tienen un significado global, en el tiempo y en el espacio y hablan del ambiente donde ocurre el problema o situaci�n. b) Unidades de numeraci�n: tienen un significado mas bien cuantitativo y se preocupan de la forma o presentaci�n de las cifras que perfilan un asunto. c)Unidades de informaci�n: tienen un alcance m�s espec�fico y son producto de fragmentaciones del texto, basadas principalmente en su esp�ritu y no en su letra. Designan el nivel de informaci�n donde denotantes y connotantes de los signos que lo transmiten, pierden su sentido; es por tanto, un �tipo� de informaci�n; es el sujeto de los predicados de la informaci�n. En consecuencia: cuando un analista necesita establecer categor�as, se pregunta: �Qu� voy a buscar? (R:actores, valores, actividades); cuando necesita determinar unidades de observaci�n que integran el CORPUS, se pregunta: �D�nde voy a buscar aquello que deseo encontrar? (R:en informes, en alocuciones, en programas, en titulares, en ilustraciones) y cuando necesita reconocer las unidades de registro, se preguntar�, �C�mo lo voy a encontrar? (�de qu� forma?) (R:revisando grupos de palabras, oraciones, gestos, temas, im�genes, titulares). Todo ello es posible de entender porque en el an�lisis, el procesador examina prolijamente el CORPUS y luego procede a decodificar los mensajes de su contenido, a la luz de las categor�as que estableci� previamente. IX.- OPERATORIA ESPECIFICA DEL ANALISIS DE CONTENIDOS Y MENSAJES.-: Fases de Trabajo: 1) �Levantar� informaci�n: el analista lee y relee con cuidado cada trozo de contenido, descubre los mensajes o trozos de mensaje, extrayendo los conceptos y significados que correspondan, y define las categor�as que se utilizar�n respecto al asunto en estudio; por ejemplo: - expresiones neutrales. - expresiones favorables. - expresiones desfavorables. - sugerencias de cr�tica. Luego, todas las expresiones y detalles correspondientes, ya identificadas,se clasifican dentro de cada una de las categor�as. Para ello, el procedimiento mas simple es la denominada �ventana�, que separa y ordena contenidos al mismo tiempo. Tambi�n es posible construir ��rboles l�gicos� simplificados. 2) Verificar si se justifica alg�n reordenamiento de los datos, comprobar la fiabilidad de los mismos, llevarlos a tablas, hacer comparaciones, buscar semejanzas, oposiciones, coincidencias, etc. y a partir de ese c�mulo de informaciones parciales, establecer si el procedimiento metodol�gico ha sido el adecuado, mediante el empleo de indicadores de coherencia interna y retroalimentaci�n. 3) Describir de manera precisa los fen�menos que se descubran en el �texto�, buscando establecer relaciones entre categor�as, tales como: - frecuencia de aparici�n. - cantidad de texto relacionado. - rangos de importancia atribu�da. - ubicaci�n en un tema mas general. - ilustraciones o ejemplificaciones. - calidad de los signos de los mensajes. 4) Tratar la informaci�n: al relacionar lo que ocurre entre las diversas categor�as, por v�a de la comparaci�n, se descubre que son s�lo algunos t�picos o temas los que presentan consistencia, en cuanto a la valoraci�n que el medio les otorga; en consecuencia, se comprueba que ser� la combinatoria de preparaci�n profesional, experiencia, creatividad, agudeza y habilidad del analista, el elemento crucial para visualizar la pertinencia de las asociaciones de ideas que se tendr�n en cuenta y ello ser� producto directo de los diversos factores intervinientes de tipo profesional: aciertos anteriores, capacidad de productividad, capacidad de imaginaci�n, intuici�n, motivaci�n y constancia, entre otros. Es el factor humano, desempe��ndose en todo su potencial, aportando lo que parece insustituible: la capacidad de pensar creando. Esta etapa es, en s�ntesis, la b�squeda incesante de la respuesta a la pregunta inicial (el objetivo), mediante la comprensi�n de los textos, -seg�n c�digos preestablecidos por las categor�as-. Bajo su directriz, se ordenan las unidades de an�lisis (en frases y palabras) y se orienta el resultado del procesamiento. 5) Interpretar: Es la etapa en la cual el analista se propone entregar explicaciones tentativas respecto de las relaciones encontradas en mensajes y contenidos, es decir, el or�gen de las razones que ha detectado. A partir de ello, es posible proponer hip�tesis confiables. Es por tanto, el ejercicio de la b�squeda de significados, es preguntarse: �qu� quiere decir lo que se ha encontrado?. 6) Concluir: Corresponde a un esfuerzo de s�ntesis del analista para que �los �rboles dejen ver el bosque�. Es la ordenaci�n esencial de los productos de informaci�n encontrados. Es la oportunidad de conectarlos, mediante una respuesta global,con el problema planteado en un principio, satisfaciendo as�, la necesidad desaber de quien origin� la solicitud de analizar. En esta etapa de operatoria espec�fica, el analista desarrolla dos tipos de actividades intelectuales. Una de ellas es la recapitulaci�n ,donde a�n no hay verdades absolutas o inamovibles; la otra es la integraci�n org�nica de lo antes descrito, desde donde es dable hipotetizar proyecciones, efectos o relaciones con otras informaciones afines. S�lo a partir de ello le ser� posible imaginar las eventuales tendencias del asunto una vez conocido totalmente y por consecuencia, dimensionar sus posibles perspectivas. X. DEFICIENCIAS Y FALLAS EN EL PROCESO DE ANALISIS. Si se tiene presente, como se ha explicado, que la interpretaci�n de las informaciones sujetas a un met�dico proceso de an�lisis es una tarea esencialmente humana, es dable pensar que, dada esa naturaleza intr�nseca, se genera una cierta medida de falibilidad y diversas formas de sesgo, ya sea por omisi�n o por orientaci�n personal involuntaria del analista, lo cual incide directamente en las conclusiones que puede obtener y por tanto, en las respuestas (informes) que se remitir�n al destinatario (usuario). En consecuencia, el primer paso hacia la comprensi�n de este fen�meno, -netamente humano-, es la distinci�n de cada una de las principales debilidades del proceso anal�tico, partiendo por las eventuales carencias de entrenamiento y formaci�n de los analistas, para terminar por la orientaci�n directiva y las metodolog�as empleadas. No se debe olvidar que los problemas relacionados con el empleo de la mente s�lo pueden ser solucionados mediante cambios de actitud y correcci�n de juicios, a la luz de una doctrina profesional junto a una orientaci�n tem�tica, capaces de realimentar el esquema de principios, valores y conceptos del individuo. Es un hecho que la inhabilidad para predecir el futuro es, en t�rminos reales, una situaci�n incontestable; pero no es menos cierto que cuando las orientaciones fundamentales de un proceso en curso se han perdido, s�lo es posible reemplazarlas, en subsidio, por alternativas de factibilidad, en base a la tendencia humana de explicar los eventos futuros de acuerdo a expectativas o creencias. Por causa de la humana costumbre de establecer y fijar juicios o percepciones de la realidad y luego aceptar s�lo aquellos hechos acordes a esas percepciones (rechazando todo aquello que parezca distinto), no siempre se cumple la tarea de realizar una evaluaci�n objetiva de las condiciones que llevaron a aceptar la percepci�n inicial. Esa il�gica persistencia dogm�tica frente a la evoluci�n de los hechos, produce un abierto rechazo frente a las informaciones realimentadoras; entonces, la falla puede producirse no s�lo por falta de datos originales y confiables, sino por una evaluaci�n err�nea que suele otorgarles un car�cter irrelevante. Esto es sensiblemente riesgoso tanto cuanto los peligros potenciales bajo estudio se transforman en amenazas reales y pueden significar da�os irreparables, por causa de insuficiencias en la prevenci�n. En consecuencia, es indispensable conocer y evaluar, para luego tratar de disminuir al m�ximo, los factores y variables que inciden en la ocurrencia de fallas; pero ello es posible s�lo si se les define y aisla, tanto en sus or�genes, como en la mec�nica de su aparici�n. La experiencia proveniente del estudio de los errores mas comunes, -que afectan el trabajo anal�tico-, (desde una perspectiva hist�rica de los �ltimos cien a�os), define las siguientes causales recurrentes: - capacidad inadecuada para almacenamiento de datos. - fuentes de informaci�n de dudosa calidad. - insuficiencia de informaci�n confiable y precisa. - deficiente preparaci�n intelectual, profesional y cultural de los analistas. - priorizaci�n inadecuada de los datos disponible. - tiempo de procesamiento demasiado breve. - excesos de compartimentaje, a causa de salvaguardias mal entendidas. - especulaci�n a partir de pre-conceptos val�ricos. - corpus difuso a causa de contenidos contrapuestos. - evaluaci�n deficiente de la gravitaci�n de cada elemento de informaci�n. - reticencia al abandono de conceptos metodol�gicamente ya superados. - permeabilidad frente a grupos o instancias de presi�n. - valoraci�n excesiva de detalles triviales. - incapacidad de discernir entre �ruido� y �se�ales�. - cambios imprevistos en el discurrir de la situaci�n. - presencia de eficiente actividad de decepci�n o encubrimiento. - sub-estimaci�n de las potencialidades de maniobra de los actores analizados. - aceptaci�n (para el medio del asunto en estudio) de condiciones similares a las presentes en el MEDIO PROPIO (s�ndrome del �espejo�). - alerta sobredimensionada sin fundamento (�que viene el lobo�). - flujos de comunicaci�n internos: deficientes. - flujos de informaci�n general: lentos. - inadecuada distribuci�n de las informaciones y del producto final a los usuarios: implica p�rdida de oportunidad. Son entonces las capacidades de discernir, conjeturar y priorizar, los factores decisivos que deben motivar la respuesta humana frente al discurrir de un proceso que no es dable modificar, pero que es vital entender y proyectar en sus opciones de comportamiento futuro. Por otra parte, es un hecho que muchos decisores del mas alto nivel procesan informaci�n a trav�s de sus propias y leg�timas pre-concepciones. De all� la necesidad de optimizar el juicio de la autoridad, agregando a su natural aptitud de gesti�n, la asesor�a de la sistem�tica y los procedimientos anal�ticos de especialistas, creando una actitud de serena tolerancia frente al abanico de opciones que una situaci�n puede adoptar, en virtud del comportamiento de sus constituyentes. Pero, tal vez, lo m�s importante sea la aspiraci�n por lograr una permanente actitud equilibrada entre alerta y serenidad, desde donde sea posible estimar la l�gica de procesos complejos simult�neos, sus par�metros esenciales y accesorios, las motivaciones originarias, las probabilidades de impacto en el Medio de Pertenencia y por tanto, las respuestas que se puedan generar en cada caso.Todo ello, destinado a enfrentar y solucionar los problemas o riesgos ya identificados, con el prop�sito de materializar una asesor�a eficiente, capaz de potenciar decisiones asertivas.(VER FIG. 7)   XI. CONCLUSIONES ESPECIFICAS:- - El cultivo de la virtud de conocer, traducida en una vocaci�n por alcanzar mejores niveles de pensamiento, que lleven con el tiempo a la SABIDUR�A, es la esencia mas pr�stina de la carrera profesional del ANALISTA, un proceso deseable pero por sobre todo necesario para dignificar esta profesi�n. S�lo metas dif�ciles de alcanzar demuestran la imprescindible voluntad por transcurrir hacia estados superiores de la conciencia, indispensables para la reflexi�n mas serena y el ejercicio profesional mas �ntegro. - La utilizaci�n parcial o total de una buena producci�n de informaciones es responsabilidad �nica de los decisores y no de los analistas que la realizaron, de acuerdo a su preparaci�n profesional. - El empleo de reportes de informaci�n procesada para adoptar decisiones que vayan m�s all� de sus contenidos y alcances, puede resultar altamente riesgoso, pues su base de sustentaci�n no es ilimitada. - El usuario de productos de informaci�n debe estar consciente de las capacidades y posibilidades de desarrollo de los acontecimientos, de la ocurrencia de situaciones fortuitas y de la eventual presencia de voluntarismos en los actores involucrados, sean estos: sociales, econ�micos, pol�ticos, estrat�gicos, etc. - La forma mas efectiva para incrementar la productividad de los analistas, consiste en facilitar la colaboraci�n de todos los estamentos participantes y evitar la redundancia en la solicitud de trabajos repetitivos, incorporando los temas de larga vigencia en boletines de periodicidad regular. - Para un mejor aprovechamiento del flujo de informaci�n mundial y nacional, -cada vez mayor-, es indispensable la existencia y desempe�o eficiente de analistas-sintetizadores-b�sicos, cuya misi�n, -por �rea-, debe ser la separaci�n y clasificaci�n de datos para permitir una labor de producci�n m�s flu�da y oportuna en los niveles anal�ticos superiores. - Es tan importante, en la etapa de procesamiento, saber preguntar como saber responder, para lograr un mejor servicio al usuario. Esto significa instituir medidas de control de calidad de la informaci�n, tanto para los directivos como para los analistas. - El apoyo tecnol�gico (como es el caso de los sistemas inform�ticos) en sus variadas expresiones, s�lo permiten disponer de datos e informaci�n en forma mas oportuna e interactiva. Sin embargo, detr�s de su empleo, debe existir un concepto asimilado a una Metodolog�a Tecnol�gica, que considere en su expresi�n cu�l es el verdadero rol y cu�les los alcances que puede brindar la infraestructura tecnol�gica, en el esfuerzo de procesamiento informativo para permitir su mejor aprovechamiento. - Un buen an�lisis es aquel que cumple a cabalidad con eficiencia y eficacia, todas las etapas metodol�gicas de un modelo de procesamiento, sumadas a la condici�n de producir resultados asertivos, precisos, �tiles y oportunos para la toma de decisiones, respecto de un asunto en estudio. - Un buen analista debe reunir en s�, las altas virtudes del estudio sistem�tico, la curiosidad cient�fica y la imaginaci�n prol�fica, aunando a sus aportes con el valor de la experiencia y el trabajo profesional sistem�tico, junto a una natural creatividad, en el ejercicio cotidiano de una profesi�n erudita, silenciosa y aun desperfilada. CONCLUSION GENERICA. �Util, Breve, Objetivo y Oportuno�, son los nuevos rasgos concretos de la vieja m�xima: �Poco, Bueno y a Tiempo�. XII. BIBLIOGRAFIA.:- Libros. - Balbi Eduardo R. �Capturando el futuro�. Ed FORMATO. Buenos Aires. Argentina. 1997. - Baumard Ph. �Strat�gies et surveillance des environnements concurrentiels. Ed. Masson. Paris. France. 1991. - Charter D., Farson S. and Hastedt P. �Intelligence Analysis and Assessment�. Ed. Frank Cass London. UK. 1996. - Choate Ph. �Agent of Influence�. Ed. KNOPF. NEW YORK. USA. 1990. - Delmas Ph. �Le maitre des horloges�. Ed. Odile Jacob. Paris. France. 1991. - Dept. of the Army US. �All-source Analysis System and the analysis and control element�. FM 34-25-3. Washington. D.C. USA. 1995. D�riga L. Enrique. �Metodolog�a del pensamiento�. Ed. Herder. Barcelona. Espa�a. 1986. - Escorza P. Y Maspons R. �De la vigilancia tecnol�gica a la Inteligencia competitiva�. Ed. Pearson Education Ltd. Madrid. 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M.I.P.B. review. Fort Wachuca. AZ. USA. 1994. - Watanabe Frank. �Quince axiomas para analistas de inteligencia�. Ed. International Society for the Intelligence Studies. Washington D.C. USA. 1995. COMENTARIOS: PAGE 2 PRINCIPIOS ORGANIZACIONALES SISTEMAS OPERACIONES PROCESOS ESTRUCTURAS LIDERAZGO ESTRATEGIA CALIDAD ANALISTAS ASESORIA CAPACIDAD MODELO de ANALISIS FLEXIBILIDAD ORGANIZACION FEEDBACK OPORTUNIDAD ANALISIS COMPARADO ANALISIS de ACTORES ANALISIS de SITUACIONES USUARIO FUENTES de INFORMACION USUARIO EVIDENCIA PRACTICA TECNICA CIENCIA CONOCIMIENTO CIENTIFICO ARCHIVOS BASES DE DATOS USUARIO PERFILES VARIABLES BASES DE DATOS INDICADORES METODO USUARIO ANALISIS de ACTORES ANALISIS de SITUACIONES ANALISIS CRITICO ANALISIS COMPARADO METODO USUARIO PROCESO II PROCESO I PROCESO III JEFE ANALISIS ORGANIZACION 569:Q�����E������or����?B����" % q s x { � �  a i n � � � � j�� 2��������������Թ�ԹԹԹԹԹԹԹԹԹԹԹԹԹ�ԧԡԡԡԡԡԧ >*OJQJ5�>*OJQJ5�6�CJ OJQJ CJOJQJB*OJQJph� 5�OJQJ B*ph�OJQJ5�CJ$OJQJ)j5�>*CJ$OJQJUhmHnHu5�>*CJ$OJQJ:45789TUw������DE��������������������������$�f^�fa$$a$$��^��a$ ����^��`��$a$�^m_�a�������������()*pqr������@AB��������������������������$ & Fa$$ & Fa$$a$$a$$�f^�fa$������# $ % y z { � � �   b c d e f g h i �������������������������$�f^�fa$$ & Fa$$ & Fa$$ & Fa$$a$i n o p � 5 6 7 � � � �  w � � � � � � � � ����������������������������$�`�a$ $����^�`���a$$a$$�f^�fa$��&'()��AB  ��������� � ������������������������$ & F���V�^��`�V�a$ $���V�^��`�V�a$$�`�a$$a$�&����BDHO����� !T!n!�!�!�%�%�&�&W+]+^+k+y-}-~-�-�-�-&.(. 0!0�:�:S>d>XAoA�B�B�BCyC}C�C�C�C DGD^D�D�D�H�H)N;NfRqRrR{R~R�R�R SXS`SuS�SDT�����������������������������������������������������������������������������jOJQJUhmHnHu >*OJQJ 5�OJQJOJQJ5�>*OJQJ%j5�>*OJQJUhmHnHuM� �$�$!&"&f(x-y-~-�-�-�-�-�-�-�-�-3 3j5l5�8�8:::">#>%>����������������������������$a$$�`�a$%>^@_@`@CCCCC�C�C�C�CAD�D�D�D�D�MfRrR|R}R~R�R�R�R�R��������������������������� $����^�`���a$$a$DTnT�UV�V W�]�]�]�]3`G`�e�e�j�j�j�j�l�lm*mcsisxxXxfx�}�}��+�Ԉ����'�x���&�5��<�^�i��*�w������V�f�l�{�U�Z�� ��!�>�I�������������*�\�d�z��������,�C�G�|��������������������������������������������������������������������������������������������5�>*OJQJjOJQJUhmHnHuOJQJ >*OJQJW�R]X^X_X�]�]1b2b3b�e�efff�fgg�g�g�g�g�h�h�h�j�j�������������������������$ & Fa$$ & Fa$$ & Fa$$a$$�`�a$�j�j�j�j�j�j�janbncntquqvquuuuuu u�{�{�{�{N}O}P}������������������������������$�`�a$$a$���,�k��������+�Ԉ�R�S�T�U�x���������������������������������$�`�a$ $����^�`���a$ $���r�^��`�r�a$$a$�����:�;�<�6�7���������/� � � �ĪŪƪ������������������������������� $ ���`�a$$�`�a$ $ ��`�a$$a$����e�f�g�h�i�.�/�0�������X�Y�Z���������������������������������� $ ���`�a$ $ ����`�a$$ ��a$ $ �v��`�a$ $ ����`�a$$a$���������Y�s���������0�G�����8�L��(��D�Q�]�a�k�����T�_������������� �2�8�P�J�K�W�X�h�i�m�t�u�|�}�����������c�h��������������� �K�N�Q�d�t����������������������������������������������������������������������������5�>*OJQJ 5�OJQJ>*OJQJmHnHuOJQJmHnHu j��OJQJmHnHujOJQJUhmHnHu >*OJQJOJQJG��K�L�M�N�������o�p�q�!�"�#������������������������������������������$a$$�`�a$ $���V�^��`�V�a$ $����^�`���a$$ & Fa$����w�x�y�:�;�<���������9�:�<�n�����`�a�b�c����������������������������������$ �a$ $�7���^�7`���a$$a$$�`�a$��Q�R�J�K�����5�6�Y�Z����� �!�������'�������������������$�`�a$ $�S���^�S`���a$$a$$ & F a$$��^��a$ $����^�`���a$ $���V�^��`�V�a$ $�7���^�7`���a$$ �a$����:�B����� ������G�h��*�-�6������"�e�k���������������t��������������0�1�2�:�J�b�j���������N�b��������{��������#����� ��:���������������������������������Ǹ���Ǹ�������������������������OJQJmHnHu>*OJQJmHnHu j��>*OJQJmHnHu j��>*OJQJmHnHu5�>*OJQJ 5�OJQJjOJQJUhmHnHuOJQJ >*OJQJ@'�N����� � ���������������!�X��������������������������� $���@�^��`�@�a$ $���V�^��`�V�a$ $���;�^��`�;�a$$�^�a$$��^��a$$��^��a$$�`�a$$��^��a$$�`�a$$a$���������������������������K�L���������\������������������������$ �a$ $����^�`���a$ $���V�^��`�V�a$ $���;�^��`�;�a$$a$$��^��a$$�`�a$������ � �I�J��������� �!��������� ��������������������������� $����^�`���a$$ & F a$$ & F a$$��^��a$$a$:�A�W�]�+�2�:�D����������� � ������������������������ �g�����.>E\����� ��<=LMdz� ct�   = J M Y ^ c s x � � ) ? 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